jueves, 6 de enero de 2022

Promesa de plata

 

``Que la corona quebrada no olvide de dónde viene, pero que no pierda de vista adónde debe llegar´´.

``Reconstruye, pequeño. No pierdas el Norte´´.

19 de octubre de 2019

 

Es curioso, ¿sabes? Hace dos años, dos meses y diecisiete días empecé el camino que nunca quise recorrer en mi Santuario. Un camino de dolor y rabia que me llevó a una terrible depresión durante demasiado tiempo. Por entonces mi reino, mi mundo, estaba roto por la guerra. Ruinas humeantes de todo lo que viví fue lo único que me quedó. Tan pronto como el sexto capítulo de mi vida empezó supe que no quería recorrerlo, pero fue inevitable sentir que debía hacerlo.

Grietas de Oscuridad nació como algo imprevisto pero necesario.

Imprevisto pero necesario… como tú.

Probablemente te sea extraño volver a ver unas palabras para ti en este reino. A fin de cuentas, han pasado casi 10 años desde la última vez que te las dediqué.  Se dice pronto y uno no se hace a la idea de lo que supone, pero la realidad es que he estado separado de ti durante un tercio de mi vida.

Resulta abrumador pensar en todas las cosas que nos hemos perdido el uno del otro. Cumpleaños, aniversarios o viajes son solo pequeños momentos que no tuvimos, pero lo que de verdad duele es no haber estado en la más punzante necesidad. No estuve el día de tu graduación. No estuviste el día que presenté mi primer libro. No pude abrazarte cuando te rompían el corazón y no pudiste escucharme cuando mis sentimientos eran ignorados. No estuve cuando un familiar te faltó y no estuviste cuando uno de los míos me dijo adiós. Me he perdido tantos capítulos de tu vida como tú de la mía y, sin embargo, ambos echábamos, muy de vez en cuando, la vista atrás para recordar los días en los que esa chica gótica de larga melena y ese chico tímido y friki de Kingdom Hearts vivían juntos puerta con puerta.

El destino quiso que nos distanciásemos, pero nunca que nos olvidáramos.

Siempre he tenido claro lo que he querido mantener en mi vida, aún cuando lo que elegía no me eligiera a mí. Continuamente he sentido estar dando más de lo que recibo, hasta prometerme a mí mismo que no volvería a aceptar menos de lo que doy.  Pero durante un pequeño espacio de mi vida no fue así, solo que, como suele ocurrir cuando no sabemos qué buscamos, lo aprecié demasiado tarde. Ahora entiendo lo que en aquel entonces no supe ver:

Fuiste la única que me dio más de lo que le ofrecí.

Ahora entiendo la horrible sensación que supone algo así. Sigo sintiéndolo. Creo que en cierto sentido por eso no te olvidé. Fuiste algo irrepetible. Siempre digo que estoy orgulloso de mi pasado, por más doloroso o injusto que pueda haber sido, pues gracias a él aprendí lo que no quiero repetir o lo que no me gustaría hacerle a alguien. Pero hay una sola cosa que cambiaría deseando que no hubiera ocurrido: Haberte hecho creer que no llegué a quererte. Puede que de manera indirecta, por pura inexperiencia, pero lo hice. No haberte dado lo que ofrecías me pesa tanto porque durante los años que estuvimos separados me sentí en tu lugar.

Durante todo este tiempo una pequeña parte de ti regresaba a mi memoria de manera intermitente e involuntaria. Durante más de nueve años, recordaba aquellas noches de sinceridad abrazados en esa pequeña habitación. Recuerdos lejanos de dos críos inexpertos en los que ninguno supimos lo que en realidad estaba naciendo entre nosotros.

Ese pequeño fragmento de ti siempre regresaba en mis peores momentos. Allí cuando sentía que no me querían, o mi salud mental se caía a pedazos, aparecías tú, con tus noches de charla y música y entonces, lograbas lo  imposible; hacerme sonreír. Sonreía entre lágrimas, sí, pero lo hacía. En una nostalgia amarga al no comprender cómo una persona del pasado me trató con tanto cariño que nunca volví a recibirlo con la misma intensidad.

Tal vez suene mal decir que me acordaba de ti en mis peores días, pero yo prefiero verlo como un grito desesperado del alma. Un grito que liberaba al ahogarme y al que tú acudías sin permiso, sin importar el tiempo, sin importar el final, sin importar relaciones pasadas o presentes.

Puede que me acordase de ti porque eras la única que me hacía sentir mejor.

Puede que me acordase de ti porque eras mi salvavidas.


Desde entonces, aprendí a aceptar que un fragmento de ti se quedó a vivir en mi interior. Un resquicio de ti. Un fragmento del pasado con vida que se alojó en mi Santuario, escondido, sabiendo que su momento pasó, pero incapaz de desaparecer del todo. Cuando volvió una vez tras otra, acabé cogiéndole cariño. La llamé Ari. La última gota que quedaba viva de ti, en mí. Pero esa historia ya la conoces, pues las cuatro cerraduras de los mundos ya hicieron su trabajo.

Han pasado muchos años en los que hemos vivido lo mismo en distintos lugares. En cierto modo me alegra de que así haya sido. Creo que teníamos que equivocarnos por separado para al fin acertar juntos. Y es que tal como te dije al contarte mi historia, yo ya no creo en segundas oportunidades:

Pero es que a ti no te concedí ni la primera.

Por eso déjame decirte lo que tanto tú como yo quisimos escuchar. Esas palabras de seguridad que por orgullo, miedo, o simples dudas de futuro, nadie nos dedicó:

Ya está. Deja de buscar. No dudes: no pienso irme. Lo has encontrado. Soy el amor de tu vida. Puedo haber cometido mil errores estos años pero ni una sola persona podrá decir que si quiero a alguien es con toda mi alma y de verdad. Que si estoy contigo, es a fuego. Para darte todo lo que soy. Estoy aquí para quedarme. Seré ese refugio que te hace sentir a salvo, no la guerra perpetua que te obligue a luchar. No pienso hacerte daño, ni me iré a dormir sin hablarte dejando que te tortures toda la noche. La promesa que tanto quisiste creer que se cumpliría, soy yo. Voy a quedarme contigo, para siempre. Tendrás cientos de noches de reyes como esta. Viajarás a mil mundos de mi mano. Todo aquel que lea estas líneas es testigo de que pienso hacerme viejo a tu lado. Porque al fin puedo hablar del futuro sin miedo. Porque al fin siento que recibo lo mismo que doy. Porque al fin siento que ser yo, nunca es demasiado, que ser yo no es algo dramático. Que ser yo no es algo que deba ocultar.

Las líneas que te escribo cierran la primera trilogía de ediciones de Reino de Vii. Seis ediciones. Casi 10 años de escritura que terminan hoy, en ti.

Porque hay cosas que nunca cambian. Por eso pudiste seguir volviendo aquí después de tantos años casi a escondidas, y yo seguía aquí, escribiendo, acordándome de ti, quizás, también de incógnito.

No en vano te dije que había pequeñas muestras de que permaneciste a mi lado esparcidas por mi reino.

Por eso aquella habitación en donde empezó todo aparece en la portada de la tercera edición.

¿Y sabes por qué?


Porque hay personas que viven en nosotros cuando ya se han ido.

<<Vivir es saber que te van a hacer daño. Vivir es aprender a sentir>>

Al otro lado del Cristal, año 2013


Porque te escribí una carta de amor sin saber que ya te conocía.

<<La experiencia me ha enseñado que aún no te conozco… o quizás sí, pero nos hemos mirado sin vernos>>.

Donde quiera que estés, año 2014


Porque me arrepentí de no ser una mejor versión.

<<¿Cuántos momentos de futuro dejamos morir en el pasado por culpa de nuestra estupidez?  ¿Cuánto pude haberlo hecho mejor?>>

Disculpa inversa, año 2017


Porque hay recuerdos que no se olvidan jamás.

<<Tú también te acuerdas, ¿verdad? Nunca lo olvidaré>>

Nos volveremos a encontrar, año 2018


Porque hay momentos tatuados en el alma.

<<Esa canción que te acompañó cuando nadie más lo hizo. Ese amigo que no volvió. Aquella casa a la que no volviste a entrar>>.

Anclajes, año 2017


Porque en el fondo sabía que debía ser paciente.

<<No te preocupes… algún día tú y yo seremos protagonistas>>

Antihistoria, año 2014


Porque a veces deseaba volver a verte aparecer.

<<A veces imagino una silueta a lo lejos>>.

Luces de diciembre, 2019

 

Porque hay confesiones tan profundas y directas, que a uno le da miedo dedicarlas con nombre.

<<Recuerdo un cuarto lejano que acogió mil historias compartidas en secreto. Recuerdo unos jueves ``mágicos´´ y también la tristeza que aún hoy siento al no haber sabido comprender de forma justa lo que fui para ti sin darme cuenta>>.

Melodía de memorias, año 2020


Porque... a veces... el destino te habla mientras escribes.

<<A veces distintos caminos llevan al mismo destino>>.

A ti, dentro de 10 años, año 2021

Tal como Ari se resguardó en mi interior negándose a morir, yo te recordé en pequeños fragmentos esparcidos por mi historia. Como un faro para seguir creyendo que encontraría lo que, sin saberlo, ya tuve. Ahora que Ari regresa a ti no volverá a estar triste. Ya no tendrá que venir a salvarme si me pierdo, pues cumplió su última voluntad al traerte de vuelta hasta mí.

He perdido 10 años de mi vida buscando algo que ya había encontrado. Si estamos de acuerdo en algo es que ambos recordábamos al otro porque nunca llegamos a olvidarnos. Algo, quién sabe qué, permaneció con vida en nosotros. En silencio, olvidado, pero vivo. Tal vez por eso en el reencuentro todo fue tan rápido. Tal vez por eso no pudimos explicar lo que nos ocurrió. Esos retazos que quedaron vivos el uno del otro se revelaron, aprovechando su momento. Aguardaron durante años y se negaron a que volviéramos a decidir por ellos. Esos sentimientos desterrados tomaron el control y actuaron sin permiso. Era su oportunidad de hacer lo que nosotros no supimos, y ni la lógica ni los miedos fueron rivales para un beso que llevaba encerrado durante una década.

Por eso, hoy quiero dedicarte mi segunda gran promesa. Una promesa que hasta la fecha solo tú comprendes pero que con el tiempo formará parte de la literatura. La luna será testigo de nuestra mayor promesa.

El 4 de abril de 2013 un lobo aprendió que los amores imposibles también existen. En aquel cuarto donde nos conocimos escribí mi entrada más famosa que acabó convirtiéndose en parte de mi primera novela. Hoy termina una gran etapa de mi vida. Reino de Vii, en cierto sentido, cierra un círculo que comenzó a escribirse aquel día, pues ahora tú eres ese lobo, solo que esta vez, yo seré tu luna.

Te regalo la luna para que la tengas siempre a tu alcance. Te regalo ese amor imposible que acabó siendo tan solo improbable. El mayor anhelo de un lobo soñador al fin se cumple entre sus lágrimas de alivio, pues tras tantos años aullando sin que un corazón retuviera su pesar, hoy la luna se posa junto a él acariciando su pelaje. Hoy ese lobo conoce al fin lo que siempre deseó, hoy ese lobo llora de alegría. Hoy, esa luna, le promete que jamás volverá a sentirse solo.

Las puertas de mi reino en ruinas vuelven a abrirse para recuperar su gloria. El camino entre escombros que nunca quise recorrer me llevó hasta lo que siempre quise encontrar. Dos años reconstruyéndome en los que no llegué a recuperar del todo los fragmentos que perdí, pero no me importó lo más mínimo. No necesito los pedazos que no he recuperado, pues encontré algo mejor que ya nadie podrá quitarme:

Volví a sentirme completo cuando mis grietas encajaron con las tuyas.

Se acaban los fragmentos de sueños perdidos. Dominé las noches de oscura claridad. Mantendré como favorita aquella lluvia de sombras olvidadas. Me liberé de mis cadenas de libertad. Hice frente a la tormenta de sueños y renací de mis grietas de oscuridad. Se acaba una era oscura con destellos de ilusión, pues al fin la corona quebrada ha sido restaurada.

Cuánto daño puede hacer un malentendido. Una opinión polizona que enturbie la realidad de lo que debimos haber sido. Pero ya me da igual. Estoy donde quiero estar. Tal vez sea cierto eso que dicen de que todos acabamos en el lugar que nos corresponde, pues sin saberlo, este camino hablaba de ti. De mi búsqueda. De un final que se convierte en principio. Ya no tengo Grietas de Oscuridad. Ya no necesito llamarte Anastasia. Ya no me pregunto quién me dio aquella espada en la Eterna Ciudad. Hoy Austros guarda silencio porque sabe que no volveré a luchar solo si decide regresar. Siempre hay un camino. Un cielo, un destino. La luna de un lobo. Un siemprejuntos en el País de las Maravillas, o simplemente, un suspiro de felicidad. Al final, por más años que pasen, algunos lazos no se rompen.

Y es que si hay algo que este joven lobo aprendió, es que por más que digan que todos consiguen a la persona que aman, la realidad es, que los amores imposibles... también existen. 

...tan solo eran improbables.

            Vii Broken Crown


''Creo que al final... te encontraré'' -Creo, Mägo de Oz-

``Que la luna proteja tus sueños´´

                      Fin