sábado, 29 de febrero de 2020

29 confesiones anónimas

29 de febrero. Un día raro, ¿no? Hoy existe pero al año que viene ya no. Ni al siguiente. Ni al otro. Un día que no sigue las inamovibles normas del todopoderoso tiempo.

El día inexistente lo llamé hace ya 8 años en este mismo reino. Cuantísimo tiempo hace ya de aquello y sin embargo solo ha pasado un 29 de febrero más entre aquel y el de hoy. Aun así sigo creyendo en lo que dije en ese lejano 2012:
Este día, siempre, cada año, debe recordarse por hacer algo distinto. Irrepetible tal vez. Algo que solo te atrevas a hacer durante unas horas para luego hacer como si nada hubiera ocurrido hasta dentro de 4 años, momento de recordar y repetir la tradición de forma diferente.

Antes de nada mencionar que no publicitaré la publicación de esta entrada. No aparecerá ni en twitter, ni en Instagram, ni siquiera en la página de Facebook. Estas líneas, y las confesiones que vais a leer, son un regalo para aquellos lectores que visitan el blog porque les apetece. Una especie de regalo a los lectores más fieles. Tendrá muchas menos visitas pero esa es exactamente la idea.

Por eso hoy no traigo una entrada como las habituales. Por eso mis palabras no van acompañadas de una música de fondo. Lo que aquí ocurra está destinado a ser distinto, sí, pero anclado a desaparecer.
Siendo ya la tercera vez que cumplo esta especie de ritual, hoy traigo mi propuesta en la que cualquiera podrá participar de forma anónima si llega al final de estas líneas.

Lectores anónimos. Ahora os hablo directamente a vosotros. Aquí. Ahora. Conocidos al otro lado del blog o desconocidos con preguntas abandonadas o curiosidades insatisfechas, decidme:

¿Os atrevéis a participar?

Las normas son sencillas:
A continuación voy a dejar constancia de 29 confesiones directas a distintas personas. 29 pensamientos que quedaron sin decirse, que se quedaron sin tiempo. Confesiones que cambiaron de opinión, que nunca he dicho en voz alta o, simplemente, recordatorios que siguen vivos sin importar los años. Algunas incluso son confesiones de mí mismo que nunca he dicho a nadie. La cuestión es que ninguna de estas líneas especificarán a quién van dirigidas. 29 confesiones anónimas que cada cual podrá interpretar como propias, ajenas, con libertad de darse por aludido o no hacerlo.

¿Que dónde entráis vosotros en todo esto, os preguntaréis? Simple: 

Quiero que hagáis lo mismo en los comentarios.

De forma totalmente anónima os pido que escribáis una confesión, o una pregunta, y yo os la responderé. En caso de formular una pregunta, intentaré darle respuesta en la medida de lo posible. Si por el contrario, se trata de una confesión, me limitaré a dar mi opinión sobre ella.

Eso sí, hay una condición:

Solo responderé a las primeras 29 confesiones. 
Llegados a ese número, consideraré que mi 29 de febrero de este año terminó. De sobra está decir que lo que aquí ocurra, aquí se quedará, y como un día bisiesto, desaparecerá a pesar de haber existido.

Siendo justo con las normas y haciendo de anfitrión, he aquí mis 29 confesiones anónimas que nunca dije, no me dio tiempo a decir, o siempre quise gritar:


1
Desde hace un tiempo no puedo tener fotos en mi habitación. Me aterra la idea de perder a las personas que algún día se ganaron el derecho a decorar mis paredes.

2
Sigo acordándome de ti todos los días.

3

 Te perdono lo de hace 6 años, pero no esperes que haga como que nunca ocurrió.



4
Sigo creyendo que cambiaste de opinión en el último momento.

5
Sois los únicos que sé con toda certeza que nunca me fallarán.

6

 Me quedaría a vivir en aquel día para siempre.



7
 Solo 4 personas saben lo que muy posiblemente me ocurra en unos meses.

8
 No puedo perdonarme a mí mismo el haberme humillado de esa forma.

9
No puedo dormir en silencio. Siempre necesito escuchar algo, de lo contrario ciertos fantasmas nacidos del daño me roban el sueño.

10 
 Creo que tu mayor problema fue dejarte influenciar por otras personas.

11
Me alegró muchísimo verte tan feliz, y espero estar algún día igual de bien.

12
 Si volviera a cruzarme contigo, te pediría perdón por haberme comportado como un crío el tiempo que vivimos juntos.

13
A pesar de considerarme alguien muy fácil de reemplazar, que no deja huella y a quien olvidan fácilmente, no cambiaría mi forma de ser.

14
 Kimi no nawa siempre me recordará a ti. Por eso no quiero volver a verla.

15
 Tenemos una última conversación pendiente.




16
Sois dos personas que consiguen hacer olvidar todo.


17
Llegó un momento que estaba tan pendiente de intentar hacerlo todo bien, que ya no conseguía disfrutar del momento contigo. 

18
No he sido más feliz que durante aquellas noches en las que me despertaba y un beso a mi lado me ayudaba a dormir de nuevo.

19 
 Fuiste el hermano mayor que nunca tuve. Por eso hay cosas que no podré perdonarte. En especial el motivo de tu adiós.

20
 Echo de menos poder dar un masaje, con música y velas, antes de dormir.

21
 Te avisé de que conmigo eso no funcionaría. Ya no acepto menos de lo que doy.

22
 Me hubiera gustado volver allí.

23
 Tenías razón: Fuiste la persona que más daño me hizo en toda mi vida.

24
 El 23 de febrero de 2020 me diste una lección como pocas me han dado en la vida. Y pienso tenerla en cuenta.

25
 Sé que el amor eterno existe porque lo veo en vosotros. Y eso me da esperanza.

26
Me hiciste lo que un día te quejaste que te hicieron.

27
Aunque me he vuelto una persona mucho más solitaria, agradezco tenerte conmigo a pesar de mi cambio de mentalidad con algunos temas.

28

Me alegro de haberme reencontrado contigo. Es verdad que hay amistades que por más años que pasen sin verse, siguen como el primer día.



29
 Las promesas con sake son eternas, y aunque tal vez ya sea el último que lo recuerde; siempre seremos hermanos.


Es así. Hay cosas que deben dejarse en una pausa incierta. Escritas pero no dedicadas. Confesadas pero no justificadas. Porque hay lecciones, recuerdos, o sueños no logrados que no deben olvidarse, pues hacerlo sería hacer como si nunca hubieran existido.

Dejar la imaginación volar sin mencionar a nadie hace que cada persona se vea reflejada en un lugar distinto. En varios a la vez, o tal vez en ninguno, quién sabe. Y esa es la magia de una dedicatoria sin nombre; que cada uno la identifica a su manera, en secreto, sí, pero inconfundible.

Porque lo que vivimos nunca se olvida.
Porque las grandes lecciones, no necesitan explicación.

Sé de sobra que muchas de mis confesiones no llegarán a ojos de sus destinatarios. Hace ya mucho que algunos se marcharon. Pero hoy es 29 de febrero; el día que no existe. Un día para todo lo que ya no tiene lugar en la realidad. Es por eso que esta entrada se la dedico a todos ellos, sin importar que nunca lleguen a leerla.

Anónimos al otro lado de la pantalla; ahora es vuestro turno. Las sombras de este reino os protegen para dejar constancia de vuestros pensamientos sin nombre. Sin represalias. Sin consecuencias. 


29 oportunidades son las que os permiten responder, tal vez por última vez, a lo que quedó pendiente. Anónimos lectores. Habitantes en la sombra de Reino de Vii. Sin miedos. Sin dudas: Decidme:

¿Os quedasteis con algo por decir?

           -Vii Broken Crown-

''Hay que ver cómo duele que te falten hojas del diario'' -, Sueños dormidos, Mägo de Oz-

4 comentarios:

  1. Yo no hice caso a lo que me decian y ahora en algunas cosas me arrepiento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A todos nos pasa. Pero lo aprendido de ello no lo olvides. Jamás.

      Eliminar
  2. ¿como te describirías en lo que llevas de año?

    ResponderEliminar